17 años. 20 años no es nada canta el morocho del
Abasto. Se nota que hace bocha que estás en otra parte Gardel, estás en el
lugar en el cual los años no pasan, la famosa eternidad. Tal vez 17 años
tampoco sean gran cosa si uno lo piensa en términos históricos (¿me querés explicar
por qué mierda siempre que quiero escribir piensa escribo pinesa?, ¿qué tengo en
los dedos?, ¿será alguna conexión que no está funcionando bien? El viernes lo
charlo con la loquera. Seguro que me echa la culpa a mí como suele hacer. Le pago
para que me tire el fardo a mí. Esto no estaría teniendo ni pies ni cabeza). Pero
hasta por ahí nomás lo de la historia. Para pensar el feudalismo probablemente
17 años sean una boludez. O para explicar el surgimiento del imperio romano. O para
tratar de comprender porque lo vemos al bueno de Marx sentado esperando ver
como el capitalismo se derrumba fruto de sus contradicciones internas. Ahí puede
ser que 17 (o 20) años no sean nada. Acá son una bocha te diré. En una pequeña
historia individual es un montón. Y ni te digo si lo pensamos en el mundo del fútbol.
17 años sin ganar son muchiiiiisimo…
Vamos llegando
al punto. Ponete un toque en la piel de un pibe de 21. No tiene ni el menor
registro de lo que sucedió hace 17 años. Ni te digo uno de 18 o un pibe de
primaria. Supongamos que esos pibes son de River. Ni puta idea tienen. Como no
iban a festejar como festejaron. No hay manera de que no lo vivan de ese modo.
El momento
llegó. Ni lo teníamos chequeado. Ni el tiempo pasado desde aquel remoto 1997 ni
el real interés que nos generaba la copa Sudamericana. Pero los planetas un día
se alinearon. Se alinearon cuando pensamos que en realidad se estaban
desalineando. Boca gana en Paraguay y pasa a semifinales. River se entera y se
le (nos) llena el culo de preguntas. Las primeras dudas aparecen. Se traslucen
el día del partido con Estudiantes hasta que Piscu empezó a sacar conejos de
ese maravilloso pie zurdo.
El día de
la final del ’97 con el San Pablo estaba jugando un partido de fútbol con
amigos. Los partidos no los pasaban por tele de aire. Gracias Néstor Fuerza Cristina. Y veníamos muy dulces. Casi como
Teo bailando en la propaganda del banco Francés, actual BBVA.
Estábamos
por empezar el partido y aparece mi viejo. Francescoli erró un penal. La incredulidad.
¿Qué decís? El Enzo no erra penales. Si. El Enzo erra penales. Ese año
erró unos cuantos penales. Uno con Racing que nos dejó afuera de la copa
Libertadores, nacho González se lo atajó. Y ese de la final con los brasileros.
Jugué para el orto. Jugué para no cagar a los pibes porque estábamos justos. Miraba
todo el tiempo al viejo a ver si tiraba alguna noticia más alentadora. Y llegó.
Apareció el chileno Salas y entonces me enfoqué un toque en el partido. Clavé un
par de goles y listo. A casa a escuchar a Costafebre. En el camino creo que nos
empataron los brasileros. Otra vez las dudas. Pero teníamos al chileno prendido
fuego. Campeones otra vez. Nadie nos avisó que pasarían 17 años hasta la
próxima copa. 17. Como los que tardó Perón en volver del exilio. 17. Con el 10
de aquella final como DT. Gallardo. ¿Gallardo es Perón? ¿River es Perón? La
pregunta está planteada.
Costafebre
lo comparó con Napoleón. Perón recurría a Napoleón para graficar lo que es el
arte de la conducción. ¿Casualidad? No lo creo.
Confieso que
lo re putié al pobre Mugneco el día del partido con Racing. El día que puso
suplentes y se nos terminó de ir el campeonato. El temor a quedarnos sin nada
estaba ahí. Pero apareció el conductor. El que vio lo que todos vimos y no
queríamos ver. El equipo estaba muerto. Los últimos 20 minutos en la cancha de
Boca fueron terribles. No podíamos levantar las gambas. Nos quedábamos sin
nafta y fuimos Vaca Muerta como dijo Lito. Gracias Mugneco. Y el Mugneco se
recibió de artista, de conductor. Perón decía que había que saber ceder el 50%
para quedarse con el 50% más importante, el 50% que no se puede negociar. Y tomó
la decisión. El conductor debe tomar decisiones. La conducción es un arte todo de ejecución decía el General. Y Gallardo
ejecutó. Con voluntad dijo un día. Y
se me vino Néstor a la cabeza. Y estoy en la banquina mal. Pero que esperaban…soy
de River y peronista…vivo yéndome a la banquina.
Volvamos a
los 17 años. Hagamos el ejercicio de pensar esos 17 años. Los del exilio de
Perón y el exilio de los éxitos internacionales de River. Las oraciones en rojo
son las del exilio de Perón. Las azules las del exilio de River. Si lo vamos a
hacer épico los hacemos a todo trapo…
Tras la
caída de Perón Argentina entra en la órbita del FMI. No saldría hasta Néstor.
El FMI maneja nuestra economía a gusto y piacere. Hasta que
Néstor decidió pagar la deuda para recuperar soberanía política e independencia
económica no dejaron de decidir sobre nosotros. En el ’97 estaban a pleno
manejando el asunto.
El hombre
llega a la Luna y planta la banderita yanqui. El Sputnik soviético es el primer
satélite espacial.
Argentina lanza el satélite Arsat 1. Un satélite
argentino y peronista.
Aramburu,
uno de los militares que derrocó a Perón, fusila en José León Suárez a
peronistas que se rebelan contra la dictadura llamada Revolución Libertadora. Algunos
años después es asesinado por los Montoneros cuando se presentaba como figura
política de recambio de la dictadura de Onganía. La Justicia nunca dijo ni mu
sobre los fusilamientos de José León Suárez ni sobre la ruptura del orden
constitucional. La injusticia y la violencia se instalan en la Argentina.
Videla, dictador y genocida argentino a partir de 1976,
muere preso en 2013. La memoria, la verdad y la justicia imperan en la
Argentina.
Se produce
la revolución cubana, un hito que marcaría la etapa latinoamericana posterior.
EEUU bloquea a Cuba por considerarla un peligroso avance del comunismo. Luego aplicaría,
con otros métodos, la represión al resto de Latinoamérica.
Ahora parece que los yanquis y los cubanos se amigan un
toque merced a la gestión de un Papa peronista.
Racing ni
imaginaba que iba a estar 35 años sin salir campeón.
Racing sale campeón durante el breve gobierno de
Rodríguez Saá. Y vuelve a salir campeón ya sin Rodríguez Saá como presidente. Hemos
madurado como país.
En Dallas matan a John f. Kennedy.
En Nueva York caen las Torres Gemelas fruto de un ataque
terrorista.
Se produce
el Concilio Vaticano II que moderniza a la Iglesia Católica.
En el Vaticano hay un Papa peronista que altera a los
carcamanes de la Iglesia.
Tras el fin
de la Segunda Guerra Mundial los EEUU y la URSS se dividen el mundo. Se produce
el período denominado como Guerra Fría. Se extendería hasta 1989.
Ya sin la presencia de la URSS ni el comunismo como
contraparte del poder del imperialismo norteamericano se va configurando un
mundo que tiende a un mundo multipolar con varias potencias y alianzas en
danza. Rusia, China, Brasil, India, bloques regionales.
El peronismo
parece extinguirse con su líder proscripto. Era la idea del régimen militar. Empiezan
las internas entre los colaboracionistas que piensan en un peronismo sin Perón y
los combativos que quieren a Perón en Argentina.
El peronismo parece extinguirse fruto de las acciones del
propio peronismo. Los ’90 casi se llevan puesto lo poco que quedaba del
peronismo tras la dictadura militar. Néstor y Cristina reviven el espíritu del
peronismo. También desde la acción pero sumándole convicciones y doctrina.
Podríamos
seguir un rato largo con este ejercicio. 17 años son una bocha podríamos
concluir…pero al final de cuentas, con la copa en el bolsillo te digo que un
poco de razón tiene Gardel…20 años no son nada…
Viva Perón,
River y Gallardo que volvieron del exilio tras 17 años!