sábado, 24 de marzo de 2012

El 24

¿Cuánto tenías? Apenas eras un bebé. Ni caminabas en esa época. Seis meses. ¿Qué podías saber de lo que pasaba? ¿Qué podías entender? Poco. Nada, seguramente. ¿Quién podía imaginarse la que se venía? ¿Por qué no iba a ser uno más de tantos?

Una fría noche de marzo suele escribirse, al menos ese registro tenés de lo que te cuentan. ¿Habrá sido fría o no es más que una licencia poética para describir lo que se construyó con posterioridad? Las imágenes son, sin dudas, frías. Gélida noche podrías decir sin temor a equivocarte. ¿Qué estarías haciendo? ¿Qué estarían haciendo tantos como vos? Dormir, qué van a hacer, son bebés, nada más que eso. Inocentes, palabra de la época. Inocente era sinónimo de vida. La mera presunción de no ser inocente era = a muerte. Pero, ¿qué era ser inocente?, ¿quién determinaba la inocencia? Si eras inocente te salvabas, nada te pasaba, a mi no me llevaron habrás escuchado tantas veces, en algo andarían era otra, algo habrán hecho

La de hoy no es una noche fría. Apenas está fresco. Algo neblinoso. Pero no está la foto del helicóptero. Una imagen congelada. No hay registro de video de ese momento, solo el helicóptero en la terraza de la casa rosa, inocente el color, de nena podrías haber pensado en aquel momento. Tu habitación, con seguridad, no era rosa. Tampoco fría. Si lo era la noche en la que el helicóptero se convirtió en sinónimo de golpe de Estado. De dictadura. De grande viste salir un helicóptero salir de esa casa rosa. Pero tendría otro significado, todo tendría otro significado. La casa sería la Casa Rosada. Y el helicóptero se iba con un presidente no derrocado por los militares pero esa es otra historia. O no. A lo mejor era el fin de una historia que había empezado aquella noche fría de marzo de 1976, cuando tenías nada más que seis meses y no sabías que empezaba un proceso económico que terminaría con otro helicóptero y con otro presidente en un helicóptero. Simbólicamente la secuencia te asombra.

Te preguntás cómo estaba el autor de esa foto (la del helicóptero en la terraza de la casa rosa) en ese lugar. Quién le dijo que allí debía estar en ese momento registrando ese preciso instante. Todos sabían que se venía el golpe suele decirse. Pero algunos sabían más que otros. Entre los otros estás vos. ¿Cómo podías saberlo? Crónica de un golpe anunciado escriben con pretendida aura literaria. Pobre Gabo decís, ¿para eso lo parafrasean? Tenés razón.

Te digo algo, no sé porque estaba ese fotógrafo en la Plaza, lo que si te puedo proponer es un juego. Aunque esto no sea un juego. Supongamos que yo te digo lo siguiente sobre lo que significó ese helicóptero partiendo de la casa rosa. Nuevo gobierno te digo. Solo eso. ¿Qué pensarías? Sos un niño, un bebé, pero supongamos que podés entender el adjetivo nuevo. Algo nuevo, para un chico, para casi todo el mundo, remite, de manera casi directa, a algo lindo. Cómo no va a ser lindo si es nuevo. Al lado de la foto del helicóptero que partía de la casa rosa, un diario tituló: Nuevo gobierno. Nada más que eso. Aséptico título. Limpio en cierta medida. No es malo que las Fuerzas Armadas derroquen a un gobierno civil elegido por el pueblo. Es nuevo. Reemplaza a lo viejo que es equivalente a malo. Basta de lo viejo, vamos con lo nuevo porque lo nuevo es bueno, limpio, puro, impoluto. Eso es algo nuevo. Inmaculado. No como lo viejo, que tiene marcas, se ensucia, se rompe, hasta un niño conoce la diferencia notoria entre lo nuevo y lo viejo. Si, fueron los de la corpo, los periodistas independientes como se autodenominan ahora. Nuevo gobierno. Todavía no eran la corpo.

Pero a vos no te podía afectar todo eso, podrías haber pensado. Si sos un niño. Sos inocente, no estás en nada raro, hacés lo que cualquier niño hace, te cagás, te meás, comés, te reís y disfrutás de las cosas nuevas. Y esto era nuevo, nuevo gobierno, ¿te acordás? Te lo dije recién. Pero el tiempo es vertiginoso y las noches no fueron más frías, o si, si tomamos al frío como sinónimo de soledad, de desolación.

En el mundial del ’78 también hacía un frío de cagarse. Vos cantabas la canción del gauchito, cómo no la ibas a cantar, los nenes cantan y más si un gauchito simpático y argentino es el emblema. La cantabas. Nada podía pasarte. Vos no estabas en nada. El asunto es que, a partir de esa noche, las noches comenzaron a ser calientes, más calientes que nunca. Ardían. Los cuerpos ardían. Los cuerpos de los que andaban en algo como suelen decir. Los que andaban en algo provocaron que sean calientes las noches, porque habían declarado una guerra dicen. Fue una guerra y en la guerra siempre hay excesos habrás escuchado. Y vos y tantos en el medio de la guerra. Los inocentes están en el medio. Siempre. Y son víctimas de los que generan la guerra, no tienen culpas, están limpios, no como los guerreros, ellos se ensucian, se embarran, sangran, lloran gritan. Pasa que no fue una guerra ¿sabés? Y los que tomaron la casa rosa no debían estar allí ni debían librar ninguna guerra contra nadie. Por más que te digan ojo, mirá que los que andaban en algo proponían una guerra. No les creas. No fue una guerra. Los que proponen esa equivalencia entre dos bandos en guerra no hacen más que justificar la matanza indiscriminada. Si, ya sé que vos ya lo sabés, que no hace falta que te lo diga. Pero hay que decirlo. Siempre. Para mantener la memoria, para luchar por la verdad, para que se haga justicia. Ya sé que vos sabés que no hay inocentes, solo diferentes grados de responsabilidad, que la matanza fue posible porque muchos se creían inocentes y creían que nada les iba a pasar por ser inocentes. Pero les pasó, nos pasó a todos, a todos nos mataron un poco en esa larga y fría noche que duró 7 interminables años.

Este 24 la noche no fue gélida, ya no hay helicópteros, las noches ya no arden aunque haga frío, vos no sos más un bebé, ni tenés seis meses. Hoy podés escribir esto por la reivindicación que se logró hacer de aquellos que ya no están, que lloraron, gritaron y sangraron, los que andaban en algo, ese algo en el que andaban era que vos, en esta noche fría, tengas la posibilidad de escribir esto que escribís, con libertad, por la memoria, la verdad y la justicia.

30000 compañeros detenidos-desaparecidos. Presentes. Ahora y siempre.   

2 comentarios:

  1. Gato, lamento disentir con vos en una sola cosa. Ya eran la corpo solo que nosotros no lo sabiamos. Y que raro, no? Antes querian lo nuevo, "el nuevo gobierno" y ahora no quieren lo "nuevo", como son la nueva camada de dirigentes, porque son jovenes, (nuevos). Que raro, se vuelven a contradecir. Un abrazo amigo.
    Matias

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  2. Acepto el disenso amigo. Apuntaba a q aún no eran el monopolio q son hoy, el q lograron con el menemismo. Muy interesante la lectura q le diste al tema d lo nuevo y la juventud. Lo voy a tener en cuenta...abrazo!

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